martes, 9 de octubre de 2012

LA FLOR DEL BUSHIDO




-          Yet you don’t have to die here. (No tienes por que morir aquí.)
-          I should have died so many times before… (Debería haber muerto ya tantas veces.)
-          Now you live again. (Ahora estás vivo de nuevo.)
-          …Yes. (…Así es.)

   Hay momentos en los que tu propia mente te hace sentir estúpido. Escuchas risas resonando en cada rincón, llenándote de esa sensación tan corrosiva de ridiculez. Te hacen dudar de ti mismo, te hacen odiarte a ti mismo. Perfectamente comprendo esos momentos en los que las personas actúan de una forma que ni siquiera ellas mismas están convencidas de que son correctas. Perfectamente comprendo que no todo el mundo levante la voz entre tanto murmullo, puesto que entonces se hace el silencio mortal. Perfectamente comprendo que de miedo dar un paso al frente…; pero lo que no puedo aguantar es que repitáis esos comportamientos vomitivos por sistema, y que además intentéis que los demás lo hagan también por el mismo miedo. Lo que no puedo aguantar es que en lugar de hablar o callar, os suméis a los murmullos en contra de aquellos que no son como vosotros. Lo que no puedo aguantar es que en lugar de dar un paso adelante o quedaros donde estáis, deis un paso atrás empujando a cualquiera hacia adelante. No sólo os habéis convertido en ratas despreciables, sino que señaláis con el dedo tanto al que sigue a los demás como al que simplemente no sigue a nadie. Os habéis transformado en carcasas vacías, maniquís, marionetas, zombies que actúan sin pensar en ningún momento en lo que hacen. Tenéis miedo, pavor por ser los siguientes en la guillotina, terror por quedaros fuera de la muchedumbre, no vivís, no… no saboreáis las cosas y os engañáis a vosotros mismos diciéndoos “no tio pos como to el mundo”, o mi favorito el “hay cosas peores jajaja”, no tenéis ni conciencia ni voluntad, ni juicio ni honor. Os empezasteis a dormir y a bajar la guardia, y cuando os despertasteis dentro de toda esa puta mierda no tuvisteis cojones de salir. Yo jamás caeré en donde vosotros habéis caído, y si cayese desde luego no seguiría vuestra estela. Desde muy pequeño aprendí lo que era un ideal y lo que significaba. Desde muy pequeño comprendí que las emociones son la materia más valiosa del universo, y desde muy pequeño me abracé a ellas. El tiempo me dio las herramientas para moldearme mis ideales, la fuerza para nunca soltarlos y mantenerme siempre fiel a ellos, y por último el juicio objetivo para saber manejar las dos anteriores. No tenéis ninguno ni puta idea de lo que implican las palabras que pronunciáis día a día, no tenéis ni puta idea de lo que es amar a una persona, y no tenéis ni puta idea de lo que es ser de verdad fuerte.
  
   Hay algunas promesas a uno mismo que acarrean una maldición de tormento, como la de invertir una vida entera si es necesario en encontrar esa dulce y linda flor , rechazando y perdiendo cualquier interés en ninguna otra… Pero igual de cierto es que el momento en el que tocas con la punta de los dedos esa flor, vale todo el tiempo y el esfuerzo que hayas invertido en buscarla, sea cual sea. Y eso es algo que vosotros jamáis podréis experimentar, nunca sabréis lo que es una recompensa espiritual, nunca podréis perderos en los ojos de una persona tan profundamente, nunca podréis saber como es el momento en el que un beso es capaz de dejarte la mente en blanco por completo, dejando solo espacio al placer de beber después de pasar años recorriendo el desierto, porque nunca habéis llegado a SUFRIR realmente por algo. Nunca sabréis como es el mundo desde la cima de una montaña… Y me da igual cuanta… cultura de chichinabo os dediquéis a vender sobre gente que se cae y se vuelve a levantar, y sobre gente a la que le da la razón el tiempo; por mucho que os digáis a vosotros mismo y a los otros que vosotros sois distintos a los demás, en el fondo sabéis que no lo sois, porque al leer esto se puede sentir algo distinto a lo que habéis leído hasta ahora, habrá gente que diga “no eso es namas porque sabe hablar mucho mas que los demas!!”, pero vosotros sabéis que no son las palabras las que desprenden ese algo distinto, sino lo que hay detrás de ellas. No son tildes, sino ideas lo que hay entre estas líneas. Sabéis que estas letras desprenden un algo especial… y ese algo especial es la fragancia de la flor perfecta que una vez sostuve entre mis brazos… esa que llevo siempre enganchada en mi armadura, para recordarme por que sigo vistiéndola, para que el día en que vengáis a por mí, muera con el honor por el que lucho cada día de mi vida.

   Así que cuando retumbe la artillería enemiga, yo galoparé entre las balas de cañón mientras el suelo revienta. Así que cuando dude si reconocer algo a mi exterior o mantener las distancias, consultaré paciente y profundamente mi bushido interior. Así que cuando llegue el punto de no retorno, preferiré el frío abrazo de la muerte por mi propio acero, que el cálido mecer de vuestra mentira.

Podrán quebrar mis huesos, podrán quebrar mi felicidad, pero jamás podrán quebrar mi lealtad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario